La vida interior de las organizaciones educativas
Miradas y estrategias para un mundo mejor
Entrevistar a las Psicólogas Sylvia Bonomo y Rosa Israel ha sido una instancia gratificante. Nos convocó la publicación de su reciente libro Entre el bullicio y el silencio de las emociones en el escenario educativo (Printer Ediciones), además de una amistad nacida dentro de la Escuela Integral Hebreo Uruguaya, mientras construíamos el quehacer educativo hace unas cuantas décadas atrás.
Rosa Israel y Sylvia Bonomo, respectivamente |
Se trata de un material indispensable para todos los involucrados en instituciones educativas. Docentes, psicólogos, directores, padres; encontrarán aquí la respuesta a un sinfín de interrogantes que beneficiará al niño y al adolescente y al adulto.
Conozcamos a las autoras.
P:
En primer lugar, felicitaciones por el nacimiento de este libro ¿Cómo
se siente elaborar un libro a dos manos?
Rosa,
Sylvia: Pensar de a dos es una experiencia estimulante que se torna
más interesante cuando se ha recorrido un largo camino de
experiencias profesionales compartidas en escuelas y liceos. Escribir
un libro demanda un gran esfuerzo y también una gran satisfacción.
El esfuerzo en tanto implica un tiempo de exploración, de reflexión
y de elaboración para plasmar las ideas que tienen que ser contadas
en forma ágil y accesible. Satisfacción por transmitir nuestra
experiencia compartiendo estrategias que fueron eficaces para que las
jóvenes generaciones continúen investigando. La combinación de
afinidades como la vocación por nuestra profesión y las diferencias
en las formas de ser y pensar, permitió el alumbramiento del libro.
P:
¿Acordarían en definirlo como un manual?
R,
S: El libro contiene en forma ordenada y sistemática el proceso en
que se desarrollan nuestras prácticas, nuestras intervenciones
psicológicas con alumnos y grupos de clase. Ofrece recomendaciones
sobre temas que preocupan a los profesionales de la educación que
consideramos importantes para el mejor desempeño de los diferentes
roles.
Las
temáticas abordadas se sustentan en aportes teóricos de autores
contemporáneos cuyos enfoques nos permitieron afinar la comprensión
de los alumnos y seguir teorizando.
El
abanico de técnicas aplicadas (consignas, formas de aplicación,
grupo etario, resultados, etc.) se transmite en un lenguaje técnico
y a la vez accesible para todo lector que esté involucrado en el
arte de educar.
P:
¿Por qué la necesidad de escribir sobre las emociones? ¿Qué hay
entre medio del oxímoron del título?
R:
Las emociones juegan un papel muy importante en el vínculo que se va
gestando entre el alumno y el docente. Tener en cuenta el sentir del
alumno así como el del docente, detectar aquellas emociones que
obstaculizan el aprendizaje, ofrecer herramientas para manejar las
emociones conflictivas, son parte esencial del proceso de aprendizaje
y del arte de enseñar. Por ese motivo, incluimos el abordaje de las
emociones en los diferentes protagonistas que forman parte del acto
educativo.
En
relación al título, todos hemos experimentado el bullicio que se
siente en los recreos o en el aula. Risas, llantos, gritos, diálogos,
peleas se entremezclan. A través de estas manifestaciones subyacen
diferentes emociones tales como alegría, enojo, tristeza, miedo. En
ocasiones son intensas en sus expresiones y en otras, son emociones
silenciadas. En ese “entre” el bullicio y el silencio, hay un
abanico emocional que se despliega, desde su máxima intensidad hasta
el silencio. Estas emociones tienen que ser escuchadas, descifradas y
darles un sentido. Lo que implica conocer la razón del enojo o el
miedo o la inhibición de la expresión de lo que siente.
P:
¿Tenemos niños enojados, tristes, angustiados?
S:
No podemos generalizar. Los hay alegres, curiosos, esperanzados,
agradecidos, miedosos, vergonzosos. Y también tristes, enojados y
celosos. Lo importante es estar atentos a sus manifestaciones y
permitirles poner en palabras lo que les sucede y sienten. Esto ayuda
mucho porque los alivia y da lugar a un mayor acercamiento con ellos.
Un niño que se siente comprendido tendrá mayor confianza en
acercarse al adulto cuando lo necesite. En esta era de la velocidad y
de la inmediatez, hemos constatado que existe cierto analfabetismo
emocional. Muchos alumnos presentan dificultades para conectar y
manejar sus emociones, para comprender y aceptar las emociones de los
demás, tornándose difícil los vínculos.
P:
¿Les preocupa el niño y el adolescente de hoy?
S:
Hay que tener en cuenta que los niños y jóvenes de hoy son
diferentes a los de otras épocas. Muchas de sus características son
el reflejo de la sociedad en la que están inmersos. Ciertamente, hoy
nos encontramos con niños y jóvenes mucho más estimulados,
demandantes y cuestionadores, cautivados por la tecnología y el
mundo de las imágenes. Jornadas de agenda completa con poco espacio
para jugar, muchas veces les genera dificultades para manejar su
tiempo libre. Niños ansiosos con baja tolerancia a la frustración
les impide realizar esfuerzos, o concentrarse por períodos largos si
los comparamos con los niños y jóvenes de épocas pretéritas. Esta
generación presenta un modo de
funcionamiento muy
diferente que es necesario comprender. Implica un gran desafío tanto
a padres como a docentes a la hora de educar.
Preferimos
decir que “nos ocupa” en lugar de “nos preocupa”. De ese
modo, el adulto puede aportar los valores que han tenido relevancia
para nosotros en otras épocas y hoy se desvirtúan. Propendemos a
estimular la paciencia y el respeto por el prójimo, habilitar el
camino del esfuerzo, revalorizar la palabra, favorecer el encuentro
con ellos mismos permitiéndoles espacios para jugar y crear
libremente.
P:
Han abordado todos los temas posibles: el bullying,
uso de psicofármacos, la sexualidad, la muerte, la tecnología.
Sobre esto último, algunos investigadores la consideran un flagelo
que aleja a los niños del encuentro personal. ¿Qué piensan sobre
ello?
R:
Pienso que en el joven predominan dos modos de comunicación: la que
se da a través del cyber espacio y la del encuentro personal. Ambas
son necesarias para el proceso de socialización y pueden coexistir.
El uso de internet se ha transformado en un lugar de encuentros,
desencuentros y conflictos. Los alumnos comparten fotos, anécdotas,
gustos, intereses. Estos intercambios son saludables en la medida que
generen acercamiento y bienestar. Pero también debemos considerar
que el encuentro personal es el acto más humano. La empatía se
desarrolla en presencia de sus pares, se necesita tiempo ya que las
conversaciones significativas se desarrollan lentamente. El
intercambio cara a cara se puede ver postergado, la comunicación con
dispositivos digitales exige respuestas inmediatas y se reduce la
profundidad y a veces, tratamos temas importantes superficialmente.
Reiteramos, estos dos modos de comunicación coexisten, pero debemos
insistir en mantener el encuentro personal ya que en ese proceso, es
donde emerge la empatía y la intimidad y se fortalecen los vínculos.
Y la razón más importante, es sin dudas, que los alumnos nos
transmiten cuánto lo necesitan.
P:
Las viñetas y los cuentos como prácticas singulares, brindan buen
resultado…
R:
Cuando relatamos cuentos se genera un clima especial. Silencio,
concentración y conexión, se compenetran con la historia. Se
involucran con el personaje, le dan vida, pueden sentir la injusticia
y sus pesares y experimentar las sensaciones que, de otro modo,
serían difíciles de expresar. Elegimos cuentos en función de sus
conflictos y a través de ellos facilitamos la elaboración de
situaciones penosas, la exploración de diferentes emociones o el
encuentro con personajes que los invita a reír. El intercambio que
surge después del relato es de una gran riqueza, porque un
protagonista pájaro o pez, los hace hablar de sí mismos,
conectándolos con lo más personal y descubriendo en sus pares las
semejanzas y las
diferencias con respecto a cómo encarar diversos temas.
P:
¿Cuándo es el mejor momento del ser humano para plantearse y
descubrir las dudas existenciales? Me refiero al desarrollo de la
afectividad.
R:
El niño y la niña desde que nacen y en sus primeros meses expresan
sus emociones intensamente. Expresiones que denotan la urgencia de
ser atendidos y comprendidos en un entorno confiable. Los padres
aprenden a reconocer los requerimientos, interpretan y alivian,
transmitiendo en forma gestual y verbal lo que él (su hijo) está
sintiendo. Así, el niño va tomando contacto con sus estados
emocionales. En su crecimiento, irá organizando internamente sus
afectos, los modos de expresión, la regulación de los impulsos, la
interiorización de las primeras normas, las de casa y de la escuela.
Un entorno familiar confiable, el vínculo con sus pares y con los
docentes, son fundamentales para su desarrollo emocional.
Entre
los 3 y 5 años, los niños se tornan curiosos y preguntones,
realizando una investigación sobre temas relacionados al origen de
la vida, sexualidad, muerte. Expresan su deseo de saber con
preguntas pertinentes y muchas veces se asombran porque las
respuestas contradicen sus propias creencias. Las explicaciones
claras y sencillas de los padres serán vitales para que el niño
continúe explorando, aprendiendo, estableciendo asociaciones,
sintiendo también satisfacción en tanto es él quien descubre algo
a través de su propio recorrido. Ante la demostración de
incomodidad de los adultos frente a temas como la muerte o la
sexualidad, el niño percibirá la diferencia y dejará de insistir,
aprendiendo a callar y captando que de eso no se habla con
naturalidad.
Un
tema que aparece con frecuencia en la etapa de la pre-adolescencia y
adolescencia tiene que ver con la identidad. ¿Quién soy yo, de
dónde vengo y qué quiero ser? Implica un proceso de
autoconocimiento que se enriquece con la opinión de sus pares y de
figuras adultas significativas. Proceso que lo lleva a un
reconocimiento y valoración de sí mismo que lo ayudará a enfrentar
diferentes desafíos.
P:
¿Continúa siendo la adolescencia un gran interrogante?
S:
La adolescencia es una etapa inquietante, versátil y compleja por
momentos. Se producen grandes cambios físicos, psicológicos y
sociales que tienen como consecuencia una nueva forma de percibir, de
sentir y de valorar el mundo. Estos cambios desorganizan las pautas
familiares que se habían conseguido instaurar, ocasionando
conflictos en la familia que no son sencillos de manejar. A su vez,
los cambios corporales generan preocupación e inquietud en el
adolescente y van contribuyendo a afirmar su nueva identidad. Los
jóvenes de hoy le otorgan un mayor valor a su apariencia, lo que se
visualiza en el comportamiento que tienen
en las redes
sociales. Vemos como eligen fotos
para subirlas al
ciberespacio esperando recibir el reconocimiento de sus pares.
Cuentan la cantidad de “me gusta” como forma de afirmarse en su
autoestima. Comprender el porqué y el cómo de estos cambios puede
ayudar a padres y docentes a entender las reacciones desconcertantes
de los jóvenes. En el libro intentamos dar algunas respuestas para
lograr un mayor acercamiento de los adultos a las nuevas
generaciones.
P:
¿La experiencia acumulada por ustedes conlleva a un apremio sobre la
prevención?
S:
Nuestro trabajo como psicoterapeutas y psicólogas educacionales nos
ha permitido revalorizar la importancia que tiene la prevención
desde edades muy tempranas. Casi a diario, observamos cómo las
situaciones detectadas y tratadas a su debido tiempo hubieran evitado
dolores y sufrimiento. Estamos viviendo en una sociedad compleja que
exige se tomen medidas preventivas para los jóvenes que vendrán.
Las organizaciones educativas son espacios privilegiados para generar
acciones preventivas. De ahí, que consideramos fundamental el crear
estrategias que apuntan a todos los alumnos, no solo a los que
presentan un problema. Esta modalidad de trabajo reconoce a la
escuela como un lugar donde se educa para que la gente viva mejor.
Nuestro objetivo es velar por la salud mental de los diferentes
actores involucrados. Tratamos temáticas que son de su interés y
que contribuyen a un desarrollo emocional saludable.
P:
¿El docente y el alumno son permeables a los conflictos? ¿Y los
padres?
S:
Las escuelas y liceos tienen un lugar relevante en el proceso de
socialización. Es allí donde niños y jóvenes aprenden a convivir
con otros, a compartir, a respetar las normas acordadas, a aceptar
las diferencias, responsabilizarse de sus acciones y a tolerar los
efectos de sus discrepancias. Es imposible concebir la vida escolar
sin conflictos porque es imposible concebirla sin afectos. No se
trata de negar ni reprimir los conflictos sino de buscar la forma
para que se transformen en aprendizaje y crecimiento. Dentro de la
población de alumnos, se ve a los que pueden aceptar de mejor grado
y a los que les cuesta más poder hacerlo. Lo mismo sucede con los
padres: los hay receptivos a las sugerencias del docente y otros que
reaccionan enérgicamente ocasionando conflictos. Se entrecruzan las
expectativas que padres y docentes tiene sobre el mismo niño o joven
porque hay
sentimientos muy intensos. A veces un manejo
inadecuado de los
sentimientos puede llevar a situaciones de agresividad.
P:
¿Ha cambiado el rol del docente?
S:
Podríamos decir que está cambiando ya que los cambios implicar un
proceso. La irrupción de las nuevas tecnologías ha provocado un
cambio radical a la hora de acceder a la información, todo contenido
que el alumno debe aprender está en la red por lo que el docente
deja de ser el único portador del saber para transformarse en un
facilitador de nuevos aprendizajes. Este nuevo papel, tendrá como
objetivo ayudar a sus alumnos a construir su propio conocimiento:
buscar, seleccionar y procesar la información. Deberá adecuar sus
estrategias didácticas para motivarlos. Si el docente se identifica
con la generación y con la época a la que pertenece, transmitirá
de manera creativa a sus alumnos su propia experiencia de vida y
aspectos del pasado, descubriendo nuevos sentidos y promoviendo un
crecimiento de su persona. El docente sigue teniendo un lugar
relevante en tanto es la persona idónea para captar la singularidad
de cada niño y joven, sus fortalezas y debilidades. Continúa siendo
orientador para un crecimiento saludable.
Rosa Israel y Sylvia Bonomo, autoras de Entre el bullicio y el silencio de las emociones en el escenario educativo (Printer Ediciones) |
P:
Podríamos continuar charlando por horas. Me resta agradecerles y
hacerles una última pregunta: ¿tienen en vista la preparación de
un nuevo libro?
R,
S: En nuestra labor profesional, tanto en el área clínica como en
la educacional, se ha dado un gran intercambio con los padres. Si
bien en este libro dedicamos algunos capítulos para ellos, pensamos
que desde nuestra experiencia podríamos proyectar un libro sobre “el
arte de ser padres en el presente”.
P:
Ojalá que así sea ◇
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