Hoy, 2 de abril, se celebra el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, coincidiendo con el natalicio del escritor danés Hans Christian Andersen
Hace
muchos años, un grupo de egresados de la Cátedra Juana de
Ibarbourou de LIJ decidimos continuar estudiando. Para ello, nos
reuníamos semanalmente en casa de Sylvia Puentes de Oyenard, gestora
de la cátedra mencionada. Con el objetivo de avanzar y continuar
explorando, realizamos una especialización en Literatura Infantil y
Juvenil. Nada impedía disfrutar de esas tardecitas donde la
anfitriona nos regalaba, además de lecturas profundas, un té
delicioso acompañado de bizcochitos caseros de anís.
Entre
medio de las exquisiteces, Sylvia nos instaba a escribir cuentos,
relatos, poemas y toda forma literaria que sellara nuestra
imaginación. Un poco antes de finalizar el taller, leíamos nuestra
“obra”, y entre todos tratábamos de mejorarla.
En
una ocasión, aproximándonos a la fecha que hoy se festeja en el
mundo, leímos varios cuentos de Hans Christian Andersen y elegimos
uno para desarrollar en otra versión. Así nació el libro Andersen
Versiones Con- versiones (Ediciones
AULI, 2005, Montevideo) auspiciado
por el Real Consulado de Dinamarca en Uruguay y las bellas
ilustraciones de José Gómez Rifas.
Pero
no vaya a pensar el lector que se compendió una serie de cuentos
únicamente, porque las primeras veinticuatro páginas están
dedicadas a la biografía y obra del autor, un estudio minucioso
efectuado por Sylvia Puentes al que dio por título “Las plumas
de un cisne que fue un patito feo”; es posible abundar en el
escritor y su tiempo, el porqué de la vigencia de sus cuentos, la
recreación de motivos populares, los ruiseñores, los cuentos de
objetos.
Mi
versión se originó con “La tetera” a la que convertí en “La
jarrita de leche”. En la antesala leí “El valiente soldadito
de plomo”, “La aguja de zurcir”, “Los novios”, “La
pastora y el deshollinador”, “La campana”, “El chelín de
plata”, “El muñeco de nieve”, “Las velas”.
La
nostalgia por la emoción de volver a los cuentos de la infancia
renace en palabras del gran autor:
“Entre
el Mar del Norte y el Mar Báltico hay un viejo nido de cisnes. Allí
nacen y nacerán cisnes cuyos nombres no morirán nunca”. H.Ch.
Andersen
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